Cuenta Harold Meyerson en esta columna en The Washington Post (requiere suscripción) que Sam Zell, el nuevo dueño de Tribune Co., ha impuesto un sistema que cuenta el número de artículos y espacio producido por cada reportero de sus periódicos (unas 300 páginas por un reportero de The Hartford Courant y 50 de uno del Los Angeles Times).
Meyerson describe así el sistema:
"As the company prepares to shed more reporters, it has measured writers' performances by the number of column inches of stories they ground out. It found, said one Zell executive, that the level of pages per reporter at one of Zell's smaller papers, the Hartford Courant (about 300), greatly exceeded that at the Times (about 50)".
Me he topado con varias empresas de medios que confunden seriamente la cantidad con la calidad. Cantidad no es calidad. Punto. Hace unos años entrevisté a un candidato para reportero que me dijo orgulloso que su récord eran 23 notas en una noche (cubría policía). Le pregunté si alguna de esas notas tenía más de una fuente y me dijo que no, porque la mayoría habían sido dictadas por teléfono por policías en la calle.
Por supuesto, si un reportero no cubre su fuente o no escribe nada en meses sin ninguna razón tenemos un problema. Pero nunca, jamás, es la cantidad de notas escritas por un reportero garantía de calidad. Normalmente, es inversamente proporcional. Entonces qué hacer cuando contamos con pocos periodistas y mucho espacio. Pues sacar de vez en cuando a alguno de esos reporteros -- los que tengan buenas ideas y buenas fuentes -- para que escriban cosas de calidad, que pueden tardar de tres días a dos semanas (pocos diarios en Latinoamérica se pueden dar el lujo de tener a un reportero en una misma nota seis meses). Asimismo, hay que enseñar a los reporteros a ir a dos velocidades: una para las notas diarias (no más de dos o tres, y no necesariamente todos los días) y otra para los trabajos a largo plazo. Hay muchos trabajos atemporales que con un poco de reporteo diario y mucha planeación pueden levantar el nivel de la publicación.
miércoles, 11 de junio de 2008
Cantidad y calidad no son lo mismo
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