viernes, 16 de marzo de 2012

Mis impresiones de SXSW Interactive 2012

Por primera vez pongo a votación una entrada de este blog y, afortunadamente , he recibido la luz verde de ustedes para hacerlo. El interés tiene pies, dicen. Y me interesa mucho contar cosas.
Es la cuarta vez que asisto a South by Southwest (SXSW, o South By). Como pocas conferencias, asistir da un sentido de pertenencia especial. En innumerables ocasiones escuché la pregunta: ¿Es tu primer SXSW? Ser especial entre 25,000 personas es, digamos, poco especial.
El enfoque en medios interactivos (hay otros dos: música y cine), es ya, con mucho, el imán más grande – aunque música sigue siendo el más tradicional y prestigioso. En 2008 la sección digital ocupaba únicamente el centro de convenciones de la ciudad. La semana pasada estuvo desperdigada por más de 10 locaciones. Bajo la intensa lluvia.
Mi primera experiencia en la conferencia estuvo llena de asombro. Muchos de los términos, tecnologías y empresas me eran desconocidos. Ahí escuche por primera vez hablar de Ruby on Rails, Drupal, Joomla, APIs y de una incipiente plataforma llamada Twitter. Aquí mis impresiones sobre un panel de tecnología "inalámbrica".Ese año, en una gigantesca sala a tope, escuché hablar a Mark Zuckerberg, sesión famosa porque la mitad de la audiencia se salió antes de terminar. La entrevistadora, amiga o confidente del CEO de Facebook, hartó a los asistentes con sus preguntas inocuas. El CEO de Facebook tenía 23 años. Aquí comento algunas observaciones, incluyendo el afán de las plataformas de confundir aculturación e internacionalización con traducción.
Y aquí mi resumen de SXSW 2009.
En 2012 hubiese sido inconcebible que una charla de Zuck – como le dicen sus fans – se vaciara. Mi percepción es que los asistentes de ahora persiguen a las marcas registradas, a lo conocido y famosa. Se abalanzan por los regalos – camisetas, plumas, libretas – y persiguen las fiestas, mucho más prominentes que hace unos años.
Esto no sería importante si no fuera por el hecho de que determinar los paneles y conferencia como un concurso de popularidad le da todo el foco a las marcas famosas, en detrimento de las nuevas tecnologías, ideas y empresas. Mi mayor queja este año no es el tamaño de la conferencia ni las multitudes, sino que no me enseñó nada, mucho menos me sorprendió.
Por un lado, la falta de sorpresa confirma que estoy informado y actualizado. Pero más bien indica que SXSW ya no es un lugar de descubrimiento indie, sino un destino main stream.
Este año, tuve el honor y placer, por segundo año consecutivo, de participar en un panel. Hablé, junto con otro cuatro panelistas, sobre la importancia de entender y atender a las necesidades de la audiencia: a lo que quiere y necesita saber. Tecnológicamente, es un reto complicado y emocionante, porque combina el análisis de comportamientos, de intereses y de elementos desconocidos como las noticias del minuto. Hablamos de recomendaciones sociales, algoritmos y la flexibilidad para estar preparados para cambios futuros en los gustos y comportamientos de nuestra audiencia.
Irónicamente, la conferencia que más me gustó fue la de Billy Corgan, cantante de los Smashing Pumpkins. Habló de la importancia de que los fans se responsabilicen de su admiración y que apoyen con acciones concretas – comprar música – a los artistas que admiran. Un concepto que me pareció muy transferible al periodismo: es momento ya de que los lectores, la audiencia, se comprometa con los medios y se olvide de que podrán sobrevivir si siguen dando gratis sus contenidos. Soy promotor de la red abierta porque creo que la información debe estar disponible para todos, pero también creo que la gente – desde el lector hasta el anunciante – debe asumir parte de la responsabilidad de la supervivencia de los medios de información. Gracias a un músico indie, de los 90.