miércoles, 25 de junio de 2008

Burr-ada

Hace dos semanas, Ramiro Burr, el crítico de música latina del San Antonio Express News y Houston Chronicle, renunció a su cargo después de que saliera a la luz que alguien más había escrito más de 100 columnas con su firma. (Leer la nota del propio Express News aquí).
Dejé pasar el asunto pero esta entrada de un blog de The Guardian me ha recordado el tema. Pero lo dejé pasar porque no me gusta patear a los caídos y porque, como mis amigos de La Buena Prensa, estoy tratando de hablar de cosas positivas de nuestra profesión. El Express News es un diario que no leo -- y que, por cierto, me ha publicado dos columnas de viaje -- porque, simplemente, no me llena mis necesidades como lector y habitante de San Antonio. No me gusta, pues.
Además, como editor de Rumbo, la enemistad que sentía hacia el diario, que es monopolio en la ciudad después de haber comprado a su competencia hace tiempo, era grande. Por ejemplo, cuando uno de nuestros reporteros levantó una cita directamente del Express News sin darles crédito, el editor Bob Rivard se comunicó directamente con nuestro CEO para reprocharle, algo que me pareció un tanto excesivo porque al final fue un error humano y sin mala intención, que nunca más se repitió.
De cierta forma podría verse la situación de Burr como una reivindicación de que el periodismo lo hacen personas de carne y hueso. Admiro el afán de perfección, pero no la moralina.
Pero no me da gusto que suceda esto.
Tampoco me da gusto que le suceda al diario que de cierta forma fue fundamental para descubrir los plagios y mentiras de Jason Blair, quien tomó varias citas de notas del Express News, de lo que el diario texano se quejó, como lo hizo con Rumbo.
O sea, que Burr es ahora el Blair del Express News.
El problema es que el moralismo y la obsesión ética de los estadounidenses los lleva a pensar que la perfección humana es posible. No lo es. Los periodistas no somos perfectos, nos equivocamos. Por eso, es fundamental realizar nuestro trabajo con humildad. Corregir lo que haya que corregir.
De este caso me surgen muchas preguntas, como cómo es posible que el diario no hubiera sospechado después de 100 columnas. Me sorprende muchísimo que Burr no fuera un empleado de tiempo completo de Express News, considerando la importancia de la música latina en esta zona del país. Y, en consecuencia, ¿cómo es posible que el diario no supiera o dijera algo del empleo de Burr en una agencia de relaciones públicas?
Pero, dicho lo anterior, hay que tener cuidado de no extrapolar un error humano y convertirlo en un síntoma de la calidad moral de una empresa o sociedad. Al igual que no creo que Blair represente el todo ético del NY Times, tampoco creo que Burr sea un digno representante del Express News.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Confieso que siento una alegría perversa porque estoy convencido de que eso pasa por escribir de los Tigres del Norte y Compañía. Que conste, me gustan mucho los mariachis (aunque en Miami hay uno que toca la Guantanamera con guitarrón y todo) y la música tradicional mexicana, pero los Tigres.... Justicia divina.

Alfredo La Rosa dijo...

Hola Gabo. Me encanto tu frase de "El problema es que el moralismo y la obsesión ética de los estadounidenses los lleva a pensar que la perfección humana es posible". No habia caido en cuenta de esto pero estoy de acuerdo 100%. Se ve reflejado en muchas cosas como cultura general, no unicamente en periodismo.

Anónimo dijo...

Gabriel: podrias comentar la siguiente nota?
http://hosted.ap.org/dynamic/stories/C/CA_REGISTER_OUTSOURCING_CAOL-?SITE=CAANR&SECTION=HOME&TEMPLATE=DEFAULT