martes, 28 de noviembre de 2006

Fíjate qué suave

Esta frase la hizo famosa un personaje del cine mexicano de los 50 llamado Manolín. Cuando algo le gustaba o estaba de acuerdo con un punto, le decía a su compinche Schellinsky (que se lee Chi-lins-ki): “Fíjate qué suave”.
En el periodismo, el término ‘soft’ (suave) se ha usado para referirse a todo aquello que no es ‘hard’ (duro).
Fíjense qué suave: lo suave es lo que no es duro. O sea, que todo aquello que no sea sobre política, economía o crimen – en términos generales, las cosas que supuestamente son importantes – es suave, o frívolo, de una categoría menor.
Los americanos – que nos guste o no, a veces están un paso adelante – han dado un vuelco a esta categoría y la han transformado en “service journalism”. Exceptuando la cobertura de entretenimiento y deportes – temáticas que aunque son consideradas ‘suaves’ se les ha brindado un tinte de seriedad por la gran audiencia y negocio que atraen – el periodismo de servicio abarca todo lo demás: salud, educación, consumo, finanzas personales, nutrición, tecnología, viajes y un largo etcétera. La meta, como el nombre lo dice, es proveer un servicio al lector. Qué sean notas útiles – utilizables; por eso también se le conoce como “news you can use”.
Un ejemplo claro y sencillo es la sección Personal Journal del Wall Street Journal, lanzada recién en la década de los ceros. Siendo la mayor y mejor expresión de este tipo de periodismo, ha tenido una excelente respuesta de los lectores. Aunque no fue la razón detrás del lanzamiento de una sexta edición semanal del Journal – los sábados – la edición sabatina sí tiene un alto componente de servicio. Entre otras cosas, qué hacer con tu dinero y, sobre todo, cómo gastarlo.
El New York Times también lo hace bien. La mejor muestra del éxito de este tipo de reportajes es lo mucho que los lectores de su versión online los comparten entre sus conocidos (según los rankings de “most emailed articles”). Esta semana – noviembre 28 – uno de los artículos más compartido es sobre la alta demanda universitaria de ciertas carreras asociadas con altos ingresos (ver nota aquí). Otra: Los servicios gratuitos que puedes bajar y usar con tu celular (nota aquí).
¿Qué pasa en América Latina que estos temas siguen siendo tratados como si fueran de segunda categoría? Mientras que en EEUU – país del consumo – las notas sobre las ventas de Thanksgiving son tan preponderantes en esas fechas como el mismísimo pavo(ver la nota del Times, que celebra el repunte de las tiendas departamentales sobre tiendas tipo Wal-Mart, una tendencia que el mismo diario había detectado hace apenas una semana ), diarios como el mexicano Reforma publican una nota sobre el “shopping” como si fuera un acto frívolo al que solo los extraterrestres se entregan. Rumbo ha publicado un sinnúmero de notas que muestran la importancia del consumidor mexicano en las economías de Houston y San Antonio. Los $1,800 que cada familia mexicana gastan por persona cada vez que visitan San Antonio no son cuestión de risa. Incluso, gracias a una consulta a Mexicana de Aviación, fue fácil descubrir que un porcentaje importante de mexicanos que viajan a San Antonio vuelven a su país con maletas pasadas de peso – un gran negocio para la aerolínea. Lo interesante es que esas mismas maletas llegan a Texas vacías, fenómeno que el diario tildó el de los visitantes “de las maletas vacías” (ver nota).
En contraste, la nota que menciono del Reforma dice (cito porque no se puede entrar al sitio Web, porque es de paga): “Su meca favorita de consumo siguen siendo los Estados Unidos y no les importa pasar penas por inmigración, ni gastar las suelas de sus zapatos y muchos dólares, ni llevar largas listas de encargos de amigos, con tal de satisfacer su insaciable gula por adquirir”. Puros lugares comunes que sin dejar de ser ciertos no informan al lector ni ponen en su verdadera dimensión el gigantesco nivel de consumo de los mexicanos en Texas.
Este otro párrafo de la nota del Reforma confirma lo que dijo a Rumbo la aerolínea, pero sin reporteo y sin una fuente real o ejemplos concretos el texto no pasa a ser una mera generalización: “Ellos van a lo que van, por eso viajan ligero, al menos cuando parten. Suelen empacar como si fueran "Matrioshkas", dos mudas en una bolsa, que a su vez está dentro de otra valija que fue metida en una maleta "super size". O sólo llevan un "neceser", pues el set de maletas más "trendy" espera por ellos. Si les llegara a faltar espacio, dejarán en el hotel las pertenencias viejas para dar cabida a las nuevas”.
Ninguna cita, ningún dato concreto ni un personaje a través del cual contar la supuesta tendencia o que refleje el fenómeno. Aire, pues.
En fin, que si el tratamiento de las notas suaves se hace con suavidad y frivolidad, se quedarán estancadas en lugares comunes, generalizaciones y difícilmente les servirán de algo al lector. Fíjense qué suave,¿no?.

sábado, 18 de noviembre de 2006

Medias tintas

Recién me entero que el site de El País de España ya no es de paga. Mi caso es un buen ejemplo de lo que puede suceder cuando se cierra una página de Internet de noticias: siendo un asiduo y regular lector, dejé de visitar el sitio por completo después de que se convirtiera de paga a finales de 2002. Me dicen que El País lo volvió a abrir meses después de la medida, pero yo apenas vuelvo este mes. ¿Cuánta gente más seguirá pensando que hay que pagar por leerlo en línea?
En una nota que hice junto a varios compañeros del WSJ Américas en diciembre de 2002, Mario Tescón, director de contenido del país.es en ese entonces, nos dijo: “Nosotros teníamos claro que nos teníamos que ir a un sistema de pago si queríamos desarrollar un periódico de calidad y era necesario obtener ingresos adicionales a la publicidad”.
Hoy, elpaís.es es el segundo sitio en España, detrás de elmundo.es. Y aunque ha recuperado terreno después de reabrir su página (ver nota) será difícil remontar, ya que los españoles ubican muy bien a El Mundo como líder en el ciberespacio de noticias ibérico.

viernes, 17 de noviembre de 2006

Dinerito habla

Interesante lo que está pasando en el mundo de los medios en EEUU. Ayer -- 16 de noviembre -- se anunciaron dos gigantescas operaciones de compra de compañías de medios por grupos de capital privado (private equity firms). Los negocios incluyen la compra de Clear Channel Communications -- con sede en mi pueblo, San Antonio -- por $26,700 millones de dólares (más del triple de los $8,000 millones que US Airways ofreció por Delta el mismo día) y $2,400 millones por la existosa casa editorial Reader's Digest (leer nota aquí). Un grupo similar adquirió la gigante Univisión hace unos meses. ¿Qué significa esto para los medios de comunicación? Más exigencia de rentabilidad y más recortes, porque estos grupos no entran para administrar los negocios sino para venderlos al corto o mediano plazo con una ganancia significativa. Pero, al mismo tiempo, esto indica una cierta salud y subvaluación de la indsutria, ya que el capital privado está adquiriendo estas empresas porque ven una buena oportunidad de hacer dinero, lo cual indica que la industria no está del todo mal -- con rentabilidad de hasta un 25% anual-- lo cual confirma que los rumores de ocaso del negocio no son sino puro humo. El negocio, simplemente, está cambiando de plataformas monomedia a plataformas multimedia.

jueves, 16 de noviembre de 2006

Otras cosas molestas

Volviendo al tema de las cosas molestas en los websites de noticias, están son algunas otras que considero entorpecen la lectura o que simplemente vuelven locos a los lectores neuróticos como yo:
1 - Tener que registrarse o que el site no recuerde mi nombre de usuario -- y, por ende, tener que registrarme para cualquier acción, como mandar un artículo por email.
2 - Tener que llenar todos los campos de un email para poder enviar un artículo.
3 - Que me abra otra pantalla cuando hago clic en un artículo.
4 - Que el campo de búsquedas (search) no funcione o sea demasiado complicado -- exigiendo varias palabras clave. También, que no distinga una frase (muertes en Irak) y en cambio dé resultados de cada una de las palabras (todas las notas de muertes y todas las notas de Irak).
5 - Los anuncios que aparecen sobre las noticias; los anuncios que aparecen cuando abro una página (pop ads) y los anuncios antes de los videos (como comerciales de TV). Entiendo la necesidad de tener publicidad en Internet, pero aún está por descubrirse la publicidad que no haga de la lectura una odisea.
6 - Las notas demasiado largas -- que exigan mucho "scrolling" -- y las notas divididas en más de dos páginas.
7 - Las funciones interactivas descompuestas o que requieran descargas de software muy especializado.
8 - Los sites con notas viajas o PDFs caducos (como tener la portada de hace dos días).
9 - Los sites que por dar una noticia antes que nadie -- breaking news -- dan la nota mal e incompleta. Mejor tarde que mal.
10 - Los sites con una introducción en flash. ¡Por favor!

Lectura recomendada

Les recomiendo inmensamente que sigan la serie del New York Times en donde los lectores le hacen preguntas al equipo editorial del periódico. Esta semana -- noviembre 16 -- le toca turno a Jill Abramson, la Managing Editor, que habla de cómo le han afectado al Times los recortes a los presupuestos en las redacciones en EEUU, entre otros temas.

miércoles, 8 de noviembre de 2006

¿Heroísmo inútil?

Finalmente, como era de esperarse después del despido del Publisher hace poco, el editor en jefe de The Los Angeles Times ha sido despedido. La nota del NY Times lo explica mejor. Aunque Dean Baquet, según la nota, llamó a editoresde otros periódicos a resistirse a la embestida de los corporativos, la pregunta es qué tanto pueden hacer los editores para proteger a sus redacciones. Ojalá los editores puedan volver a preocuparse de temas editoriales más allá de la demanda de sumar o restar cabezas de sus staffs.

jueves, 2 de noviembre de 2006

Aleluya

Si alguna vez les ha molestado algo de tal forma que ni ustedes se lo explican (¡por qué caramba no le pone la tapa a la pasta de dientes!), entonces entenderán mi alegría.
Hoy, finalmente, la página web de The New York Times presentó una versión mejorada de su administrador de videos. Esta excelente herramienta -- que el diario en línea presentó como parte de su reciente relanzamiento -- tenía el gigantesco defecto de ser difícil de dilucidar. Consta de una pantalla debajo de la cual hay un menú de cuatro videos. Antes, era complicado relacionar lo que aparecía en la pantalla con el menú por dos simples razones: no quedaba claro a qué video del menú correspondía la selección de la pantalla y, tampoco, se entendía cuáles eran las opciones del menú (debido, principalmente, al que los títulos de los videos eran muy pequeños). El NY Times ha resuelto ambos problemas añadiendo una flechita que apunta desde la pantalla a la selección correspondiente del menú y poniendo un título -- y una explicación -- de mayor tamaño en cada video. Amén por las soluciones sencillas.

Si ustedes han encontrado algún problema que los vuelve locos en las páginas Web por las que navegan con frecuencia, por favor compártanla con todos en este espacio.