Una de las cosas a la que me he dedicado desde hace tiempo es a buscar fórmulas para que el periodismo sea rentable para el actor más importante en el oficio: el periodista.
En 2003 cree Red de Colaboradores (que ya tiene versión en Facebook) para que editores y freelancers en hablahispana se encontraran y para que unos y otros se encontraran más allá de sus fronteras. Recién lancé Tus Blogs para que blogueros de todos los países de Latinoamérica y España compartan sus impresiones, experiencias y dudas.
Yo, como muchos otros periodistas, considero nuestra profesión como un servicio social. Creo en servir y satisfacer en la audiencia (dándole lo que le gusta) pero también creo en el trabajo duro y en publicar cosas que nadie pide pero que es necesario echarle luz. Creo que el periodismo sirve para exigir rendición de cuentas y para monitorear el uso y abuso de poder. Y creo fervientemente que un medio de calidad juega un papel importante en la sociedad, informando, advirtiendo y sirviendo a la audiencia.
Quisiera que este servicio social no estuviera atado a las ganancias e ingresos comerciales. Pero he entendido recientemente que esto puede ser un beneficio: la independencia económica (sobre todo con base en la diversificación de anunciantes) da libertad editorial.
Y, espero, que el éxito económico también permita a las empresas pagar sueldos dignos para que los periodistas en EEUU, México, Sudamérica o España puedan vivir de su trabajo.
Las empresas de periódicos en Latinoamérica son propiedad de familias. Algunas han hecho un bien trabajo, pero muchas otras están ligadas al poder, adicatas al poder, y tienen compromisos que no les permite publicar las cosas que de deben publiar. Además, ser reportero en Latinamérica es aún una condena a vivir con el cinturón apretado.
Tengo la esperanza que las nuevas tecnologías permitan a periodistas independientes publicar periodismo de calidad usando las herramientas que están disponibles en la Red de forma gratuita (los blogs, por ejemplo). Una condición, que no se me escapa, es que este ejercicio independiente sea viable económicamente. Queremos ingresos, punto, y con los ingresos vendrá un ejercicio más libre y constante de calidad periodística. No espero ni sugiero que nadie trabaje de a gratis; no debe ser, aun para gente para quienes el ideal periodísitco es más grande que sus necesidades de ingresos.
Me surgen muchas preguntas:
¿Cuál es la fórmula adecuada? ¿Podemos alejarnos de la tiranía de estas empresas periodísticas que están limitadas por su relación con el poder? ¿Se puede ser un periodista independiente y exitoso? ¿Los individuos lograrán producir periodismo de calidad? ¿El periodismo se tiene que practicar forsozamente en grupo? ¿Cuál es el sistema periodístico adecuado -- en términos de negocio -- para Latinoamérica? ¿Tener una empresa periodística latinoamericana implica relacionarse y apegarse al poder político? y, por último, ¿es el periodismo en Latinoamérica una carrera que promete éxito económico, o debe ser una carrera de amor y sacrificio?
miércoles, 26 de noviembre de 2008
Pensando en voz alta
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