Crecí décadas después de Sartre, pero mi generación usa al autor como referencia al existencialismo: a la difícil existencia del ser. MI Sarte fue Milan Kundera y sus novelas que disectaban al ser humano para develarlo profundo y vacío al mismo tiempo. También, de adolescente, leí a Herman Hesse y me agarré a él con fuerza cuando deambulaba sólo por Europa.
Posiblemente, mis intenciones como bloguero encuentren una explicación en las ideas de estos autores. Pero, querido lector, en el fondo espero y estoy convencido que mis intenciones -- sean buenas o malas según el marco moral -- le importen a usted un comino mientras haya sustancia en mis palabras. Y mientras me mantenga en el tema de este blog, que son los medios de comunicación.
Todo este venerable rollo para hablar de dos temas que algo tienen que ver con los medios: la superación de la objetividad y la desaparición de la privacidad.
Ahora una confesión: me he devorado, completo, este reportaje del New York Times Magazine que estoy a punto de destrozar. Es un larguísimo recuento ensimismado, individualista y exhibicionista de los efectos del bloguear sobre la vida privada a cada momento del día. Cuando terminé de leerlo (y no dudo que usted también lea las 10 largas pantallas) sentí algo muy triste: un vacío. Y luego me vino una urgencia por comentar sobre el reportaje en el sitio del Times y me di cuenta que más de 300 personas se me habían adelantado. Luego decidí no legitimar el artículo con mi comentario y ahora me encuentro legitimándolo con esta entrada a mi blog.
Hoy por la mañana hay ya más de 700 comentarios, la gran mayoría críticos -- y duros. ¿Por qué el interés?
No lo sé. No sé qué lleva a la gente a consumir la TV de realidad y los textos con las intimidades de gente común y corriente. Es como escuchar a la pareja del piso de arriba hacer el amor o voltear a ver la gente tirada en el asfalto tras un accidente de auto; es inevitable, seductor y morboso. ¿Por qué este tipo de tema y textos están ganando cada día más espacios en los medios? Y, ¿qué causan doblemente rechazo y fascinación morbosa?
Lo importante, para términos de este blog, es no confundir estas expresiones con periodismo. Así como las opiniones son baratas y las investigaciones son caras, reflejar la vida propia como fórmula periodística sistemática es un sustituto facilón y engañoso a salir a reportear la vida de verdad, la que está allá afuera. Aunque la supuesta objetividad del periodismo es un tema superado, depender únicamente de nuestra experiencia de vida como fuente de información es una fórmula al fracaso. La experienca vale, pero la información está en la calle.
Por eso, espero que a usted le parezca interesante este tema pero que le importe muy poco que en este momento estoy en un aeropuerto sin dormir, despeinado y bebiendo un café frío y desesperado por llegar a mi casa. Será que se me está desatando lo existencialista.
viernes, 23 de mayo de 2008
La insoportable levedad de la Web
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