Con las expectativas tan bajas, Sarah Palin se apuntó un logro al evitar tropiezos como en sus entrevistas recientes con los medios. Pero, más allá de ser una persona telegénica y con cierta retórica, el debate enfrentó a un peso pesado -- Joe Biden -- con una política de poquísima experiencia.
En temas como la economía, Iraq, seguro médico, impuestos, la clase media y, sobre todo, en política internacional y las minucias de gobernas, él ganó claramente.
La estrategia de Biden fue clara: devaluar la experiencia y logros de McCain y vincularlo lo más posible a George Bush, cuyo nivel de popularidad está cerca del suelo.
Ella se ayudó mucho con una sensatez que le estaba desertando, pero se fue apagando en lo que el debate avanzaba y se comenzaron a tocar temas legislativos y de política internacional más complejos. Incluso, cuando le preguntaron si había alguna postura anterior que quisiera cambiar, dijo que apenas llevaba cinco semanas en esto y no había hecho suficientes promesas como para cambiar su posición. Suficiente para no enterrar su campaña, pero no suficiente como para levantarla.
Dicho esto, Palin será una jugadora fundamental en el equipo republicano en los años venideros. No me extrañaría que compitiera por la presidencia en 2012 o 2016 (sólo tiene 44 años).
Mi punto va para Biden, que no cometió los errores y locuras que muchos esperaban -- es famoso por hablar sin parar -- y demostró una claridad, experiencia, elocuencia e incluso elegancia fundamentales para el puesto al que quiere elegirse.
jueves, 2 de octubre de 2008
Mi opinión del debate
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