Est clarísimo, por lo menos para mí, que los demócratas tenían ganada la presidencia hace tan sólo unas semanas. Y si la pierden, la perdieron ellos más que la ganaron los republicanos.
No hay forma en que McCain se sacuda el legado de Bush, por más que vaya a Nueva Órleans y critique la patética y desastrosa respuesta del gobierno del texano.
Muchos creen que los demócratas se están autodestruyendo con sus ataques. Yo creo lo contrario. Creo que el sistema de primarias es justamente para poner a prueba a los candidatos: probar si alguna crítica o escándalo los puede tirar, probarlos ante la opinión pública y enfrentarlos a los medios. En ese sentido, creo que los demócratas y su prolongada contienda les da ventaja frente a los republicanos, a pesar de que McCain se ha librado de ataques estas últimas semanas.
Pero coincido con Paul Krugman, columnista del New York Times: si el aúra de Obama se ha visto empañada -- y la magia se ha apagado -- por los nimios ataques de Clinton, ¿qué se puede esperar cuándo los republicanos lancen los ataques con saña que los caracterizan?
Lo cierto es que estamos viviendo un momento anticlimático. Las campañas se han empantanado, la gente está perdiendo entusiasmo -- en este país de atención corta -- y los medios están buscando como sabuesos algo que cubrir. Porque lo que resta de aquí a la convención demócrata no es una caminata gloriosa a la victoria, sino aburridas y tediosas matemáticas.
viernes, 25 de abril de 2008
Campaña anticlimática
Etiquetas:
Barack Obama,
elecciones,
Hillary Clinton,
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