Como bien dice Richard Pérez-Peña en esta nota en nytimes.com, hay reporteros en EEUU que aún no habían nacido cuando se empezó a hablar de una crisis en la industria de los periódicos en este país.
Mientras que en 2000-2001 se hablaba del estallido de la burbuja de Internet -- y de 9/11, pero esa es otra historia -- como una de las causas de la baja en publicidad, ahora el culpable es el derrumbe del mercado inmobiliario.
Pero tanto la publicidad generada por los start-ups de Internet como la de las compañías de bienes raíces fue, sin duda, excepcional. Fueron épocas de abundancia y las compañías de medios, en lugar de quejarse del fin de los buenos días, deberieron haber prevenido que ese vendaval se acabaría.
Cierto es que más allá de estos impulsos publicitarios a corto plazo la publicidad en diarios muestra una caída general. Es sabido -- y lo repite el artículo en el Times -- que la industria de los periódicos aún sigue siendo un buen negocio. Lo que pasa es que ya no es tan bueno como antes porque la tendencia del negocio los últimos años ha sido a la baja.
Pero de que es negocio es negocio. Sin embargo, cuando una empresa es pública y cotiza en bolsa tiene que rendir para sus accionistas y parte de esto es garantizar que habrá un constante crecimiento. Una de las formas (perveras) que las empresas públicas han cumplido la promesa es recortando presupuestos, empleos y gasto en innovación.
Quizá la salvación sea que estas empresas vuelvan a ser privadas, para aliviar esa presión que existe sobre las compañías públicas. Otra solución de la que se ha hablado es que el gobierno participe más en el financiamento -- a base de subsidios -- porque las empresas periodísticas cumplen con un servicio público.
Ahora bien, algo que también es sabido es que mientras la circulación y publicidad de los medios impresos cae, el tráfico a las versiones web de estos mismos diarios ha crecido sustancialmente. Ahora el secreto, como he dicho muchas veces, es rentabilizar esa audiencia creciente.
Sin duda, una solución errada es creer que a base de recortes se puede crecer o sobrevivir. Sólo la innovación, la creatividad y el buen periodismo pueden ayudar a estas empresas a revertir la tendencia a la baja.
Pero no se dejen engañar: el buen periodismo es un buen negocio.
jueves, 7 de febrero de 2008
El buen periodismo es un buen negocio
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