miércoles, 10 de enero de 2007

Revistas.com

Aunque los esfuerzos en línea de los periódicos han sido duramente criticados y analizados, la realidad es que los diarios alrededor del mundo han hecho un buen trabajo de adaptar sus contenidos para la Web.
Lo mismo se puede decir de la TV.
Pero tengo mis dudas de las revistas.
Se habla mucho de la muerte de los diarios – blah, blah, blah – pero mientras que éstos han penetrado con cierto éxito el mundo en línea las revistas se han visto más anquilosadas. Aun más, los diarios se han atrevido a entrar en el mundo de las revistas, sobre todo en el de los semanarios. Ahora que el breaking news se ha vuelto el dominio de la TV e Internet, la versión en papel de diarios como el New York Times, el WSJ y el FT se han vuelto vehículos de análisis de las noticias, lo que solían ser los semanarios. El término que se ha acuñado es el de “Daily News Magazines”.
Los buenos esfuerzos de diarios en Internet abundan, incluso en Latinoamérica (mercado que no me canso de criticar porque es el que más me importa e interesa). Si bien ElUniversal.com.mx y el Reforma.com, de México, pueden mejorar, son sitios dignos, útiles, confiables.
Pero, ¿dónde están las revistas en Internet? Editorial Televisa, la mayor editora de revistas en español en el mundo – en cantidad – se ha tardado infinidad en usar la Web como otro medio para canalizar sus contenidos. El principal esfuerzo en Internet de Televisa sigue siendo EsMas.com, la increíblemente irrelevante página Web del emporio.
Y creo que la clave de todo esto, por lo menos en México, es la palabra contenidos. ¿Qué producen las revistas mexicanas que valga la pena poner en línea?
El caso de Televisa es particular porque dentro del establo de publicaciones de la gigante, muchas son marcas extranjeras de las que se produce poco contenido propio. Lo mismo le sucede a muchas de las mayores casas editoriales en países en desarrollo: la mayoría de sus títulos son franquicias.
Eliminando ese factor y concentrándonos en las revistas originales y exclusivas de cualquier mercado – incluyendo EEUU y Europa – abundan los ejemplos de malas incursiones en Internet. Ni Conde Nast, ni Time Warner, ni Hachette, ni muchas otras grandes casas editoriales tienen mucho que mostrar por sus intentos por incursionar a Internet. El caso de Time Warner es sobresaliente, considerando que hasta hace poco se llamó – por lo que ahora parece sólo un insante – AOL Time Warner (historia que ya ha producido un sinnúmero de libros). ¿Cuál es el mejor site de Time Warner hoy en día? El de CNN.com, su canal de noticias por cable. AOL está en medio de una transición muy drástica al mundo de los contenidos gratuitos e ingresos publicitarios (hasta hace poco el modelo era de suscripción). Hace poco, uno de los primeros esfuerzos conjuntos (lo que llamaban sinergia, lo que ahora es decir una palabrota) es TMZ.com, un sitio de chismes tipo paparazzi. Eso viene un lustro después de la fusión, velocidad de tortuga con base en los ritmos a los que nos tenían acostumbrados.
¿Cómo se vuelca una revista en Internet? Igual que los diarios, la mejor forma de hacerlo es aprovechando los recursos y herramientas que ofrece la Web en lugar de intentar emular las cualidades del papel – y la periodicidad – de las revistas. Generar interactividad con el lector, ofrecerle cosas a las que no puede tener acceso en el papel (video, audio) y tener archivos “buscables” tanto de los contenidos como de servicios adicionales como recetas de cocina o reseñas de cine – con los traílers en video -- son una buena base, mas no suficiente.
Time, la famosa revista, tiene una página “interactiva” al principio de la publicación que llama a interactuar con sus contenidos. Muy poco. Y, al finalizar este texto que comencé a fines de 2006 me entero que Time.com fue relanzada hace apenas dos días, el 8 de enero, lo que por encima parece ser un esfuerzo bastante digno.
Pero, para muestra de la incipiente incursión de las revistas a Internet basta un botón: vean el tamaño de las direcciones Web que publican la mayoría de las revistas internacionales en sus portadas. Es necesaria una lupa para leerlas. Parece que se avergüenzan de sus sitios, ya que la gran mayoría pone su URL en una esquinita de su portada en tipografía minúscula. Es sólo un ejemplo de lo tímida que es su presencia en la Web y el afán de verlos como dos medios separados.
Ahora, pues, les toca a las revistas imaginarse como empresas de información multimedia con plataformas diversas. Mejor tarde que nunca, o si no pregúntenle a los diarios.

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