Estoy a punto de terminar de leer "Here Comes Everybody", de Clay Shirky, libro sobre como la tecnología permite la masificación de actividades antes reservadas a profesionales.
Entre las cosas más interesantes que menciona -- con base en estadísticas sólidas -- es la gran cantidad de proyectos, iniciativas e ideas que fracasan en esta era de la democratización total del desarrollo de proyectos.
Si antes era necesario contar con una empresa o institución que respaldara actividades como el periodismo o la programación de software, ahora la tecnología permite que individuos o grupos lo hagan a costo zero -- frente a los enormes costos de investigación y desarrollo que incurren las empresas.
Pero algo que debe quedar claro (y que también es la premisa de "The Long Tail" de Chris Anderson) es que frente a un puñado de éxitos (Facebook, Google, Twitter, Linux) hay millones más que apenas registran en la escala.
Estamos hablando de una desproporción tal que mientras que los experimentos más exitosos de open source -- desarrollo de software de código abierto -- obtienen millones de descargas, el 95% obtienen acaso unos cuantos miles y debajo del 75% no registran descarga alguna. Cero.
Esto implica que en este mundo de incertidumbre -- para los peridiostas, por lo menos -- podemos apostar que solo uno de millones de iniciativas de emprendedores que apuestan por lo blogs, los agregadores, las aplicaciones open source o los medios sociales tendrá éxito.
Pero es un esfuerzo necesario. En el fracaso de millones se sostiene el éxito de unos cuantos. Y en Latinoamérica nos toca aventarnos más, intentarlo más, fracasar más, porque en el horizonte estadístico de esos fracasos vive un éxito digutal y periodístico rotundo. Sobre pregúntenle al amigo Linus (el padre de Linux).
miércoles, 20 de mayo de 2009
En los hombros del fracaso
Etiquetas:
Here Comes Everybody,
The Long Tail
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