En EEUU existe la sagrada costumbre de "embargar" las noticias. Esto lo hacen los departamentos de marketing y medios de las grandes empresas para poder darle información anticipada a los periodistas bajo la promesa de que éstos no la publicarán sino hasta una fecha acordada con ellas. La práctica permite distribuir la información por anticipado sin tener que atender a todos los medios de comunicación al momento del anuncio de la información. De hecho, es muy común que para cuando se hace el anuncio (o se estrena una película) la gran mayoría de los medios grandes y medianos han publicado la nota esa misma mañana (pero no antes).
El lanzamiento del último libro de la saga de Harry Potter ha sacado la práctica a la luz. La casa editorial en EEUU, Scholastic, ha puesto un riguroso embargo hasta las 12.01 AM del día del lanzamiento (21 de julio), pero debido a que cientos de copias fueron distribuidas sospechosamente antes de la fecha algunos periodistas se han visto prácticamente forzados a romper el embargo. Esta nota del Times reconoce que el diario publicó la reseña antes de lo recomendado por la casa editoria y rompiendo el embargo. El motivo fue muy sencillo: la crítica de libros del Times se topó con una copia de la novela en una librería de Manhattan, la compró y la reseñó. Luego el Times la publicó, casi una semana antes del lanzamiento del libro.
La pregunta es si se deben respetar estos embargos que imponen las empresas sobre los periodistas, aun cuando la gran mayoría de los periodistas no se suscriben personalmente al acuerdo sino que les es impuesto.
Yo sólo he estado en una situación en la que tuve información embargada y decidí respetar el embargo. Para mi sorpresa varios competidores no lo hicieron. Cuando cuestioné a la fuente al respecto, me dijo que la empresa había decidido romper el embargo pero que había olvidado avisarle a todos los medios. Entonces tuve que publicar información que era muy importante para mis lectores 24 horas después que la competencia.
El WSJ recibe por lo menos una información embargada al día en promedio. Cuando esto sucede, los editores advierten a los operadores de la página Web que esa información no se puede publicar sino hasta la medianoche (la mayoría de los embargos se levantan a la medianoche del día en que se dará el anuncio). Curiosamente, la mayoría de las notas embargadas por el WSJ son temas que se les han dado en exclusiva, así que el embargo es en intercambio por dar la información antes que nadie.
Pero para muchos medios pequeños aceptar un embargo (como el impuesto a los críticos de cine, quienes normalmente ven las películas muchos días antes del estreno pero se esperan a que la fecha se acerque para publicar su crítica) es forzarlos a tener la papa caliente en las manos y no poder soltarla. Y, en la mayoría de los casos, se da por hecho que el medio aceptará simplemente porque la empresa (de cine o de cualquier otra industria) ha tenido la buena voluntad de dar esa información. Lo cierto es que tener esa información y no poder publicarla por un sospechoso y unilateral acuerdo produce serias quemaduras en las manos.
viernes, 20 de julio de 2007
Embargos
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario