He querido escribir esta entrada desde hace tiempo. Como comenté en este blog, he estado estudiando en la Universidad de Stanford en California como becario Knight los últimos tres meses, explorando el llamado Silicon Valley e intentando generar alguna idea que me mantenga ocupado al fin de la beca en junio.
Aunque he abandonado el blog me he mantenido activo en Twitter, haciendo mucho de lo que hacía en este espacio: sugiriendo temas, comentando el devenir de los medios de comunicación y compartiendo lecturas. Espero me hayan seguido a través del widget de Twitter a la derecha de la pantalla.
¿Qué ha pasado en la industria de la información en estos meses? Siguen los recortes – el New York Times anunció la eliminación de 100 plazas en su redacción – y sigue la caída en ingresos de publicidad (principalmente ligada a la crisis económica, pero también una continuación del declive general de los últimos años). Los recortes reflejan varias cosas, entre ellas el enorme endeudamiento de empresas periodísticas como Hearst; el legado de los años de derroche en empresas como Condé Nast; o una sobredimensión de redacciones que alcanzaron los 1,000 reporteros, como en el Los Angeles Times y el propio NY Times. También, por supuesto, reflejan épocas de vacas flacas.
Esto ha generado una obsesión por encontrar un nuevo modelo de negocios que financie las operaciones de recolección y diseminación de información. En este debate ha predominado el afán por encontrar la “salvación” en la tecnología, ya sea de la mano de Google (ya sea compartiendo sus ingresos o inventándose proyectos como Fast Flip o Living Stories). Ambos me gustan porque reflejan dos cosas que estoy explorando en mi año académico: el potencial de los micrositios de temas noticiosos y la necesidad de inventar una nueva forma de navegar los sitios de noticias en la web, como podría ser un formato horizontal o un sitio especialmente diseñado para pantallas táctiles, que serán el estándar en pocos años).
Asimismo, cada vez hay más ejemplos de los llamados sitios hiperlocales, que responden al llamado que se ha hecho desde hace por lo menos dos años a concentrar el esfuerzo periodístico en zonas geográficas más pequeñas. A pesar que sitios como el nytimes.com y el washingtonpost.com han lanzado sitios como éstos, los mejores esfuerzos son de emprendedores u organizaciones sin ánimo de lucro. Hace pocos meses Everyblock, financiado por la Fundación Knight, fue adquirido en una operación tasada en varios millones de dólares, según reportes. Otros ejemplos son outside.in, MinnPost, Oakland Local y, próximamente, NowCastSA en San Antonio, Texas.
El llamado a los periodistas emprendedores también ha tomado mucha fuerza en EEUU. Este llamado está totalmente amarrado a la realidad laboral de este país, donde hay miles de periodistas desempleados y donde cada vez se vislumbra más difícil aspirar a un empleo en un gran medio de comunicación. Por ende, la opción parece ser la de lanzar proyectos propios con la esperanza de atraer el suficiente tráfico e interés como para generar ingresos. Es un llamado similar al que se hacía hace dos años a los blogueros, pero ahora la esperanza es que estos blogueros se conviertan en organizaciones periodísticas más complejas, ya sea lanzando sitios de noticias hiperlocales o construyendo aplicaciones o tecnologías que faciliten la labor de los periodistas en general. Como parte de esta corriente han surgido ONGs de periodismo de investigación, como ProPublica. Pero, en mi opinión, aún no queda claro quien sustituirá a las grandes instituciones periodísticas que hacían contrapeso con el poder. Yo creo que siempre habrá espacio para estas organizaciones, aunque quizá sean menos pero más grandes e internacionales.
Se habla mucho del potencial de los celulares y recomiendo enormemente esta entrada de Steve Buttry, que es un primer intento por definir la estrategia alrededor de los contenidos móviles.
Otro aspecto del impulso emprendedor es la necesidad que ahora tienen los periodistas de crearse una identidad en los medios sociales. En estos días he comentado en Twitter lo mucho que me impresiona que los estudiantes de la maestría en periodismo en EEUU salgan de la escuela con 3,000 o más seguidores en esa plataforma social. Con diez de esos recién graduados trabajando en un medio de comunicación, la empresa suma 30,000 seguidores automáticamente. Y el valor de los fans, seguidores o contactos en las redes sociales está clarísimo, simplemente por el enorme poder de las recomendaciones y de la velocidad en la que se disemina la información en estas plataformas. Además, es gratis. Todo medio de comunicación debe tener una presencia activa (léase humana, no automatizada) en estos espacios. El que no lo haga está dejando ir una gigantesca oportunidad (no me deja de impresionar la enorme cantidad de cuentas de medios de comunicación en Twitter que están muertas o estáticas – o sea, que no interactúan con los lectores).
Este valor lo tienen clarísimo los inversionistas de capital de riesgo en Silicon Valley. Una de las mayores tendencias de inversión es hacia los llamados juegos sociales (como Farmville, de una empresa llamada Zynga). Estos juegos sociales podrían tener un enorme componente informativo, y las empresas más sofisticadas de información pronto ofrecerán bases de datos con las que sus lectores puedan jugar, creando diferentes escenarios o visualizaciones. Un ejemplo puede ser la asignación de una partida del presupuesto: permitir que el usuario juegue con los cifras y las distribuya como él quiera. El medio de comunicación puede aprender cuáles son los intereses principales de sus lectores (si pone, por ejemplo, la mayor partida en educación), así como ofrecer una herramienta que mantenga al lector más tiempo en su sitio.
Otra gran tendencia es la búsqueda de algoritmos que faciliten la identificación de temas de mayor interés de los lectores o que ayuden a los periodistas en sus labores de investigación. En el extremo más perverso de esta tendencia está Demand Media, una empresa que se dedica a producir “contenidos” que respondan a intereses muy particulares de la gente. Demand usa un algoritmo que analiza las búsquedas más recientes de la gente en Internet y con base en los resultados produce videos y textos relacionados a esos temas, que en su mayoría son de nicho. La idea es que sus contenidos aparezcan al principio de las búsquedas y generen dinero gracias a la optimización (SEO).
He aprendido que Silicon Valley es una fábrica de ideas. Aquí no hay nada nuevo bajo el sol, y miles de emprendedores compiten por generar aplicaciones, productos y empresas que llamen la atención de las grandes compañías o de los inversionistas. Hay dos caminos: el primero es trabajar unos tres años en una tecnología para luego venderla a una empresa más grande que esté en el mismo campo (esa venta se conoce como el “exit” o salida), o desarrollar una plataforma que atraiga millones de usuarios y se convierta en el líder en un segmento (como ha hecho Facebook y ahora hace Zynga o Pandora). Estas empresas buscan llegar a valer miles de millones de dólares.
Pero, vale decir, la competencia es enorme. Es un mundo fascinante que, como cualquier otro, está lleno de reglas y códigos no escritos.
Y, con el declive de los medios, incluso estoy pensando unirme a este ejército de emprendedores. Al final, para mí siempre se ha tratado de lanzar proyectos.
jueves, 17 de diciembre de 2009
Estos tres meses en los medios y Silicon Valley
Etiquetas:
medios,
medios sociales,
Silicon Valley
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4 comentarios:
Wow, ¿nos vas a abandonar?
¿El último que apague la luz?
Excelente entrada resumiendo las nuevas tendencias que estamos experimentando. Mis mejores deseos para tu nuevo proyecto. Keep us posted!
Hola, muy interesante el articulo, felicitaciones desde Argentina!
Saludos, muy interesante el post, espero que sigas actualizandolo!
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