Mi camino al periodismo es poco cinematográfico. No hay un momento de iluminación en el que decidí dedicarme a esto para salvar a la humanidad. No nací pensando en ser periodista.
La historia que cuento – porque al final toda tiene un guión – es que me forcé a mí mismo, contra mi naturaleza, a convertirme en periodista para combatir mi enorme timidez y alimentar mi insaciable curiosidad.
Pero si me empeño en trazar una trayectoria, mi afán por coleccionar revistas desde pequeño, las visitas al gabinete de cómics de mi tío en casa de mis abuelos y la fiebre por la lectura que me dio en la adolescencia podrían ser algunas de las claves que indiquen como llegué a donde estoy hoy.
Me conmueve inmensamente la reacción de los medios mexicanos a la muerte de Germán Dehesa. No lo conocí personalmente, ni tuve la intención. Nunca vi sus obras de teatro – en la universidad me moví en un círculo más afín a Jesusa Rodríguez, a quien entrevisté para la revista Sacbé en 1997 o 1998. Incluso, las pocas veces que lo vi por televisión pensé que ese personaje telegénico no tenía mucho que ver con al hombre que escribía la columna en el diario Reforma. No me atraía su personalidad, pues.
Como dije, no hay momentos “eureka” en mi elección de carrera. Pero entre las obsesiones que puedo identificar como ejes que influenciaron la dirección que ha tomado mi vida profesional, la columna de Dehesa en el Reforma es una de las principales.
Todos los días, como estudiante de la carrera de Comunicación y en mis primeros trabajos editoriales, leía religiosamente la Columna del Ángel, razón única por la que me suscribí al Reforma. Los domingos, a falta de ella, compraba La Jornada por sus moneros, sobre todo el Santos de Jis y Trino.
Como no tenía idea que acabaría en el periodismo, leía la columna por placer. Por el placer que me causaba las bromas internas (la señora de Irapuato o León con la que Dehesa se disculpaba por decir cosas fuertes), la crónica simple de su vida matrimonial (y los apodos que le ponía a sus familiares, vicio que comparto), las anécdotas de su niñez que le causaban nostalgia y que a mi me parecían cercanas a pesar de que yo crecí en un satélite de Satélite (Echegaray) y no en el DF, y su rápido, mexicano y puntual humor que le daba un aire de placer lúdico al acto de leerlo.
Pero, sobre todo, respetaba enormemente a un cronista que criticaba el abuso del poder y la corrupción en México sin tapujos ni pelos en la lengua.
En mis años de estudiante se rumoraba – y nunca pasó de ser un rumor – que Dehesa trabajaba con un establo de prolíficos practicantes que producían parte de su trabajo. No lo sé ni me importa. Creo que comparto con Dehesa una sana sospecha por todo lo que tenga que ver con el poder y el culto a la personalidad. Y comparto la necesidad de hacer más crítica transparente, desde la clase media, desde la clase intelectual que ama su ciudad, a los abusos de todo tipo.
Me sorprende verme tan conmovido por su muerte. Nunca lo puse en un altar – va contra esa naturaleza que creo compartir con él. Fui un fiel consumidor de sus palabras. Pero a pesar de que no lo sabía en el momento (por esa falta de planeación y destino que ha marcado mi carrera) he descubierto que esa columna que leía todos los días, puntualmente, fue un protagonista estelar en una historia que hace 15 años, cuando me gradué de la universidad, aún no tenía un claro argumento.
sábado, 4 de septiembre de 2010
Recuerdos de un estudiante lector de Dehesa
viernes, 20 de agosto de 2010
Pensar estratégicamente: hacia un nuevo modelo de periodismo digital
Esta es una presentación que daré en Managua, Nicaragua, el 20 de agosto de 2010.
Comentarios, bienvenidos.
miércoles, 18 de agosto de 2010
Los ritmos de la audiencia en un mundo multiplataforma
Esta información de NPR, la radio pública de EEUU, es increíblemente útil para identificar los patrones de consumo de la audiencia en un mundo multiplataforma. Es fundamental poner atención a estos ritmos para determinar cómo vamos a interactuar con nuestros lectores con base en la plataforma -- video, audio, móvil, web y papel -- que usemos para comunicar nuestra información.
miércoles, 5 de mayo de 2010
domingo, 2 de mayo de 2010
Hacia una estrategia digital global
Les comparto una presentación que hice ante editores de periódicos miembros del Grupo Diarios de América en México DF Me encantaría escuchar sus comentarios.
martes, 9 de marzo de 2010
Imaginando una nueva publicación
Los periódicos y las revistas --como formatos de publicación-- han estado en este mundo desde hace décadas. Incluso las primeras páginas de Internet entraron a escena a mediados de la década de los 90.
En este primer ejercicio que hice en Stanford con estudiantes de maestría ofrezco una primera mirada a ideas y propuestas en busca de reimaginar y repensar lo que es una publicación en 2010, y hacia el futuro.
martes, 19 de enero de 2010
martes, 5 de enero de 2010
Pensando en voz alta
Los meses pasados he intentado responder, casi todos los días, a la pregunta: ¿Qué haría si lanzará una publicación hoy?
Con base en mi experiencia y en lo que repiten los expertos en Silicon Valley, hay ciertas cosas claves que tendría que responder primero.
1) ¿Qué tipo de publicación NECESITA la audiencia? Para cualquier empresa nueva es fundamental determinar cuál es el valor que ésta ofrece a su público. El “design thinking”, el método creativo de moda en el Valle, dice que lo idea para innovar es partir desde una necesidad específica humana, representada por un humano – o grupo de humanos – específicos. Suena como algo obvio, pero lo cierto es que la mayoría de los proyectos editoriales nacen o del capricho de los editores (quienes, por ejemplo, adoran cubrir política y deportes, porque es un oficio dominado por los hombres) o de un visión anticuada de las empresas editoriales, que prefieren lanzar publicaciones que tengan un referencia pasada (que se parezcan a algo conocido, pues).
2) ¿Con qué RECURSOS se cuenta? El instinto y sueño de cualquier editor es lanzar una empresa periodística con recursos sobrados: cientos de periodistas, las mejores instalaciones y la inversión necesaria en calidad (el mejor papel, las mejores computadoras, una imprenta de lujo, etc etc). Pero, el negocio de los diarios impresos es inmensamente costoso. ¿Por qué lanzar un producto editorial que esté atado a una base de costos en dónde un gran porcentaje de los gastos van para los insumos (papel, impresión y distribución). Y a pesar que soy un amante de los sistemas editoriales (CMS), los más completos requieren una inversión inicial de un millón de dólares, lo cual parece irresponsable. Por eso, hoy en día los recursos con los que se cuenta para lanzar una nueva publicación son limitados, simplemente porque la capacidad recuperar esa inversión se ha vuelto una incógnita total.
La Web y la telefonía móvil son plataformas ideales para atender las necesidades de una audiencia específica. Además, estas plataformas no requieren de la infraestructura de los periódicos: existen una enorme cantidad de recursos digitales gratuitos con los que se puede armar, diseñar y distribuir los contenidos digitales a una fracción del costo.
PRONTO: ¿Qué otras características tendría esa publicación necesaria y digital?